Mi vida por etapas
Mi infancia
La mejor etapa de mi vida, sin duda la más feliz, todo era más fácil para mí, mi vida estaba resuelta
Crecí en un hogar donde nunca faltó el amor, los valores, el respeto, la unión. Fue un hogar muy consolidado, ver el amor que se tenían mis padres me permitió crecer con mucha seguridad y protección.
Somos tres hermanas, Yo soy la menor y como tal, la más consentida. Cabe aclarar que vine al mundo de sorpresa.!!! No fui planificada como mis hermanas mayores y cuando me enteré me causó mucha gracia y es que las cosas no planificadas siempre salen mejor Jajaja.
Vivíamos en una casa muy bonita, que mis padres mandaron a construir. Tenía un jardín muy hermoso con dos pinos grandes y varias matas de rosas y claveles. Mi mamá amaba las flores.
Había un patio todo de concreto con árboles frutales; recuerdo que eran de guanábana, naranjas, limones y un pequeñito viñedo de uvas rojas y verdes y, si mal no recuerdo también habían matas de cambur; mi papá amaba los árboles frutales.
En ese patio nos divertíamos mucho, montábamos bicicletas, en mi caso triciclo, jugábamos pelota entre otras cosas. Lo más divertido era cuando nuestros padres instalaban una súper piscina, la recuerdo perfectamente, era de metal acanalado lo que permitía enrollarse para ser guardada. Por fuera era azul y en los bordes se colocaban unas barras de varios colores para evitar cortaduras, en el interior era blanca con patitos dibujados en azul y onditas de agua también en azul.
Era una piscina redonda, grande, no recuerdo las dimensiones pero cabíamos los cinco. Cada vez que mis padres la instalaban era motivo de alegría para nosotras.
En una de las rejas que daba a ese patio había colgada una mini cancha de básquet que nuestro nonno, el papá de mi mamá construyó.
Todas las reuniones familiares eran en el patio, por lo fresco, espacioso y acogedor. Allí se celebraban Todos los cumpleaños y parrilladas, Incluso se celebró el compromiso de matrimonio de una de mis tías.
Era una urbanización muy divertida, los vecinos muy agradable. En la casa de San Miguel pasé una parte de mi infancia. Recuerdo que en Navidad se hacían las misas de gallo y mis hermanas mayores junto con otros jovencitos de la urbanización se iban en patines muy tempranito hacia la plaza, a muy pocas cuadras, dónde está una pequeña capilla
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