Sueños Premonitorios
Los sueños premonitorios, ¡vaya! qué tema tan apasionante para mí, aunque a veces temeroso porque depende del sueño que haya tenido ya que algunas pueden ser alegres, graciosos y otros han resultado tristes, muy tristes.
Comenzaré por relatar según vaya recordando cada sueño, sin tomar en cuenta el orden cronológico, aunque este que voy a contar creo que fue uno de los primeros y es precisamente uno de los más tristes y es que soñé a mi mamá que estaba acostada, algo retirada de mi vista, es decir, estaba lejos. Ella tenía puesto un vestido de colores, como pinceladas blancas, rojas y azules. De pronto, a lo lejos, escucho el llanto de una de mis hermanas mayores y era porque mi madre, en ese sueño, había muerto.
Relacionando dicho sueño con la realidad, la noche anterior a la muerte de mi madre, ella cargaba justamente ese vestido y la noche de tan triste hecho, en la en la clínica, lo primero que escucho es el llanto de mi hermana al recibir la noticia. Yo no sé cuánto tiempo transcurrió entre el sueño y la realidad ya que por lo general no le daba importancia.
Otro sueño que no es triste pero sí me dio rabia cuando sucedió y es que yo tenía una blusita blanca de Lino la cual era una de mis preferidas y para mantenerla impecable siempre la lavaba con cloro. En el sueño, estoy lavando la blusita y al momento de restregar, la tela se rasga, por supuesto se dañó. Luego de un tiempo que no tengo definido, estoy lavando la prenda ¿Y qué creen?... ¡Zuas!... se cumplió el sueño.
Muchos años después, vuelvo a tener otro sueño triste y es que mi tío más querido fallece. El sueño comienza en una funeraria, primero llegamos mi papá y yo y los demás familiares estaban en camino.
La sala aún la puedo describir, la mitad de la pared hacia abajo estaba tapizada de alfombra azul y la parte de arriba era amarillo marfil con un listón de madera que dividía las dos mitades. Los muebles eran sofás de semicuero marrón claro.
Al entrar a la sala de velación mi papá y yo nos acercamos a la urna y allí estaba mi tío, dormido en la eternidad, vestía un traje de color caramelo, camisa amarilla pálida y una corbata también caramelo. En su rostro pudimos ver que tenía un bigote muy ligero y mi papá le preguntó al funcionario por qué no lo habían rasurado si él no usaba bigotes, a lo que el señor le contestó que esa zona no se puede rasurar porque sangra. Al rato comienzan a llegar los demás familiares. De nuevo no puedo determinar el tiempo que transcurrió hasta que ese sueño se cumplió tal cual.
En otra ocasión, compré unas telas para que mi tía me hiciera unas cortinas para los cuartos y la sala de la casa. Ella tomó las medidas de cada área y todo perfecto. A los días sueño que cuando ella lleva las cortinas ya listas para montar, resulta que había cortado de más la cortina de la sala que era la más grande, es decir, quedó muy corta, una vez más le resto importancia al sueño pero tal cual así sucedió, cuando mi tía fue a llevarme las cortinas, la de la sala quedó mucho más corta de lo que debía.
Dicen que uno debe contar los sueños malos para que estos no ocurran y los buenos guardarlos para que sí sucedan. No sé si esto sea un mito o una realidad
Comentarios
Publicar un comentario